viernes, 17 de agosto de 2018
miércoles, 15 de agosto de 2018
Jesus siente compasión por nosotros
Mateo 15.32–38
Jesús, llamando a sus discípulos, dijo:
—Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen en el camino.
33 Entonces sus discípulos le dijeron: —¿De dónde sacaremos nosotros tantos panes en el desierto para saciar a una multitud tan grande?
34 Jesús les preguntó: —¿Cuántos panes tenéis?
Y ellos dijeron: —Siete y unos pocos peces.
35 Entonces mandó a la multitud que se recostara en tierra. 36 Tomó los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y dio a sus discípulos, y los discípulos a la multitud. 37 Comieron todos y se saciaron; y de los pedazos que sobraron recogieron siete canastas llenas. 38 Los que comieron eran como cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
La compasión de Dios se muestra en este pasaje, aun en los detalles mas pequeños Jesus siente esa compasión y misericordia.- En este pasaje se nos muestra que había una multitud de personas que ya habían estado con Jesus escuchando la enseñanza y la predicación por tres días seguidos. Jesus estaba consiente de que no había lugares cerca para ira a comprar comida y estaba consiente de que muchas personas ya no tenían que comer.
Esto nos muestra que Dios siempre esta consiente de nuestras necesidades básicas y por eso debemos aprender a confiar en El.
2. Llamo a los discípulos y les hizo saber que estaba pendiente de las necesidades de la gente, y que no quería enviarlos a sus casas sin ayudarlos. Los discípulos se preocuparon porque pensaron que Jesus quería que ellos resolvieran el problema.
Muchas veces podemos malinterpretar las acciones que Dios tiene hacia nosotros, muchas personas piensan que Dios no tiene la intención de ayudarlos con sus necesidades y se afanan en tratar de resolver sus problemas por ellos mismos sin consultar a Dios para pedirle a El que los dirija y así poder salir adelante en nuestras dificultades diarias.
3. La pregunta de Jesus es: “¿Que es lo que tienen a la mano?”; ¿Cuántos panes tenéis?.
Jesus ya sabia que iba a multiplicar la comida, pero les pregunto esto, porque en la mayoría de las ocasiones Dios quiere que nosotros pongamos nuestra parte y El hará la parte que es imposible para nosotros. Lo primordial que podemos tener a la mano para dárselo a Jesus es la oración, el ayuno, los diezmos y ofrendas, congregarnos, etc.
4. Los discípulos le dijeron solo hay siete panes y unos pocos peces..
El razonamiento humano siempre tiene limites, ellos pensaron que esto que tenían no era nada para alimentar alrededor de quince mil personas (calculando la cifra con las mujeres y los niños); y la verdad si nos detenemos a pensar un poco, lo mas probable es que nosotros también hubiéramos dicho lo mismo que ellos; si ya de por si es difícil el solo hecho de alimentar a toda esa multitud, cuanto mas, con tan poco alimento que ellos tenían.
Pero esto es lo maravilloso de Dios, que El con lo poco que le ofrezcamos, siempre lo multiplica, lo aumenta, soluciona el problema, hace el milagro.
5. En este pasaje lo que debemos de aprender es que Dios espera por lo menos dos cosas de nosotros: 1. Tener fe en el y 2. Ofrecerle lo poco o lo mucho que tengamos a la mano.
Debemos de aprender lo básico de Dios, que El tiene compasión y misericordia de nosotros y esta consiente de nuestras necesidades básicas.
Dios quiere que seamos fieles en lo poco, para Dios nada es imposible, si no estas viendo la ayuda de Dios en tu vida preguntate a ti mismo:
- ¿De verdad creo que Dios me quiere ayudar?
- ¿Estoy tratando de resolver mis problemas sin consultar a Dios en oración?
- ¿Creo que Dios es capaz de hacer un milagro conmigo?
- ¿Si lo creo, estoy siendo fiel con El, dandole lo poco o lo mucho que El me pide?
Al final Jesus hizo un milagro maravilloso, multiplico siete panes y unos pocos peces en miles!, toda la multitud comió, se sacio y sobraron siete canastas llenas de comida. !Ese es el poder de Dios! El puede hacer cualquier cosa de la nada o de lo poco que nosotros le ofrezcamos.
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Jesus siente compasión por nosotros
Mateo 15.32–38
Jesús, llamando a sus discípulos, dijo:
—Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que se desmayen en el camino.
33 Entonces sus discípulos le dijeron: —¿De dónde sacaremos nosotros tantos panes en el desierto para saciar a una multitud tan grande?
34 Jesús les preguntó: —¿Cuántos panes tenéis?
Y ellos dijeron: —Siete y unos pocos peces.
35 Entonces mandó a la multitud que se recostara en tierra. 36 Tomó los siete panes y los peces, dio gracias, los partió y dio a sus discípulos, y los discípulos a la multitud. 37 Comieron todos y se saciaron; y de los pedazos que sobraron recogieron siete canastas llenas. 38 Los que comieron eran como cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
La compasión de Dios se muestra en este pasaje, aun en los detalles mas pequeños Jesus siente esa compasión y misericordia.- En este pasaje se nos muestra que había una multitud de personas que ya habían estado con Jesus escuchando la enseñanza y la predicación por tres días seguidos. Jesus estaba consiente de que no había lugares cerca para ira a comprar comida y estaba consiente de que muchas personas ya no tenían que comer.
Esto nos muestra que Dios siempre esta consiente de nuestras necesidades básicas y por eso debemos aprender a confiar en El.
2. Llamo a los discípulos y les hizo saber que estaba pendiente de las necesidades de la gente, y que no quería enviarlos a sus casas sin ayudarlos. Los discípulos se preocuparon porque pensaron que Jesus quería que ellos resolvieran el problema.
Muchas veces podemos malinterpretar las acciones que Dios tiene hacia nosotros, muchas personas piensan que Dios no tiene la intención de ayudarlos con sus necesidades y se afanan en tratar de resolver sus problemas por ellos mismos sin consultar a Dios para pedirle a El que los dirija y así poder salir adelante en nuestras dificultades diarias.
3. La pregunta de Jesus es: “¿Que es lo que tienen a la mano?”; ¿Cuántos panes tenéis?.
Jesus ya sabia que iba a multiplicar la comida, pero les pregunto esto, porque en la mayoría de las ocasiones Dios quiere que nosotros pongamos nuestra parte y El hará la parte que es imposible para nosotros. Lo primordial que podemos tener a la mano para dárselo a Jesus es la oración, el ayuno, los diezmos y ofrendas, congregarnos, etc.
4. Los discípulos le dijeron solo hay siete panes y unos pocos peces..
El razonamiento humano siempre tiene limites, ellos pensaron que esto que tenían no era nada para alimentar alrededor de quince mil personas (calculando la cifra con las mujeres y los niños); y la verdad si nos detenemos a pensar un poco, lo mas probable es que nosotros también hubiéramos dicho lo mismo que ellos; si ya de por si es difícil el solo hecho de alimentar a toda esa multitud, cuanto mas, con tan poco alimento que ellos tenían.
Pero esto es lo maravilloso de Dios, que El con lo poco que le ofrezcamos, siempre lo multiplica, lo aumenta, soluciona el problema, hace el milagro.
5. En este pasaje lo que debemos de aprender es que Dios espera por lo menos dos cosas de nosotros: 1. Tener fe en el y 2. Ofrecerle lo poco o lo mucho que tengamos a la mano.
Debemos de aprender lo básico de Dios, que El tiene compasión y misericordia de nosotros y esta consiente de nuestras necesidades básicas.
Dios quiere que seamos fieles en lo poco, para Dios nada es imposible, si no estas viendo la ayuda de Dios en tu vida preguntate a ti mismo:
- ¿De verdad creo que Dios me quiere ayudar?
- ¿Estoy tratando de resolver mis problemas sin consultar a Dios en oración?
- ¿Creo que Dios es capaz de hacer un milagro conmigo?
- ¿Si lo creo, estoy siendo fiel con El, dandole lo poco o lo mucho que El me pide?
Al final Jesus hizo un milagro maravilloso, multiplico siete panes y unos pocos peces en miles!, toda la multitud comió, se sacio y sobraron siete canastas llenas de comida. !Ese es el poder de Dios! El puede hacer cualquier cosa de la nada o de lo poco que nosotros le ofrezcamos.
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